lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Quién fue el amor árabe de Lawrence de Arabia?

En 1926 salía a la Luz uno de los libros más sugestivos del siglo xx. Su autor era un antiguo oficial británico llamado Thomas Edward Lawrence, y su titulo, Los siete pilares de la sabiduría. Precedido por una significativa poesía, está a su vez se hallaba encabezada por una enigmática dedicatoria a S. A.
Te amaba, por eso a mis manos traje aquellas oleadas de hombres
y en los cielos tracé mi deseo con estrellas
Para ganar tu libertad alcé una casa sobre siete pilares, 
que tus ojos pudieran alumbrar por mí
Cuando llegáramos.

La muerte pareció sometérseme en la ruta, hasta acercarnos
y verte yo a la espera:
Y al sonreírme tú, llena de miserable envidia se me adelantó
para llevarte
A su quietud suprema


Amor, exhausto, buscando a tientas tu cuerpo, magro premio
nuestro de un instante
Antes que la blanda mano de la tierra palpara tu forma,
y los ciegos gusanos engordaran sorbiendo
Tu sustancia.


Las gentes me pidieron que elevara nuestra obra,
inviolada mansión, en tu recuerdo.
Pero para hacer de tí digno monumento, lo rompí, inacabado;
y ahora esos pequeños seres bullen y preparan
su nido en la herida sombra
De tu don.

 No tardó en descubrirse que S. A. eran las iniciales de una persona que había mantenido una relación amorosa con Lawrence, y algunos años después, opiniones nada desinteresadas procedentes del movimiento gay insistirían en que ese amor había sido un soldado árabe pero, en realidad, ¿quién fue el amor árabe de Lawrence de Arabia?
 Lawrence describe los hechos bajo su punto de vista de una manera sencilla, trata sus recuerdos, lo que siente en este bello relato, en el que e incluyen elementos históricos de sus aventuras,de todo aquello que le ayudó a poner en orden su mente en un momento personal en el que estab pasando una profunda crisis.

Las biografías sobre Lawrence de Arabia son de valor muy diverso no faltas de cierta polémica, la mayoría de ellas se dejan llevar por los sentimientos. La peculiar historia ha sido estudiada y se han hecho estudios de la biografía no exenta de inexactitudes, este personaje popular británico la documentación relativa al personaje, está llena de dudas y con ejemplos Abiertamente tendenciosos en un sentido favorable y es la de Robert Graves, Lawrence y los árabes (Barcelona, 1991), aunque aporta datos de primera mano sobre la opinión que el biografiado tenia de los árabes. También favorable pero menos tendenciosa es Lawrence de Arabia, de B. H. Liddell Hart, publicada en 1934 y reeditada en Nueva York en 1989. Abiertamente negativa —y bastante injusta— aunque interesante es la desmitificadora Lawrence de Arabia de Richard Aldington (Barcelona, 1977). En esa línea también pero desde una perspectiva árabe es la indispensable obra de Suleimán Mousa T E. Lawrence. An Arab View (Oxford, 1966), que exige un conocimiento previo nada ligero del personaje. En una línea de aka destacan La vida secreta de Lawrence de Arabia de Colin Simpson y P. Knightley (Barcelona, 1970) y Lawrence de Arabia de Robert Payne (Barcelona, 1961). En los últimos años han aparecido dos biografías excelentes sobre el personaje. La de Lawrence James, The Golden Warrior. The Life and Legend of Lawrence of Arabía Nueva York y la semi oficial de Jeremy Wilson cuya edición abreviada se ha publicado en España.
Lo cierto es que dentro de las amistades del autor, más los intentos de dar otra versión el propio gobierno inglés, y un intentó de apaciguar las dudas que nacieron a raíz de salir a la luz el libro. Entonces tomaron directamente la decisión de eliminar cualquier referencia afectiva. En cuanto a las traducciones al español, mi consejo es la de Victoria Ocampo publicada por Editorial Sur en Buenos Aires, aunque es muy difícil de e imposible, poder adequirir un ejemplar.
 A pesar de todo, la biografía definitiva que incorpore la historia sobre su amor árabe, eso está aún por escribir.
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1 comentario:

Martín Córdova dijo...

A un muchacho llamado Sheik Amed, lei en algun lado, de quien se dice fue guia de Lawrence en los años previos a su aventura bélica. Que lástima que no publicaste el poema... Saludos desde Caracas, Martin.