Bendigo el tiempo vivido
Bendigo el tiempo vivido,
que me devuelve el alma,
del susurro de una calma,
de entre mis brazos servido.
Tan cerca de una palabra,
del nacer cada mañana,
el sueño de una campana,
allí se cultiva y se labra.
Cuando llena de luz linda,
tu cuerpo de rosa blanca,
ese huracán que te arranca,
y entre mis brazos te blinda.
De murmullo de los versos,
de sentires ya olvidados,
como alimento no dados,
entre unos brazos dispersos.
Tengo esa suerte arraigada,
que me cuida, me levanta,
y con cuidado abrillanta
que canta en la madrugada.
1 comentario:
Un poema de muy buen gusto, que llega, amiga.
Beso
(Me permito sugerirte que coloques seguimiento por e-mail; así los que te seguimos conocemos de las entradas y no llegamos tarde.
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