Cómo ha pasado el
tiempo,
éramos también
chiquillos
que con sus largos
flequillos,
compartiendo
pasatiempo.
Fuimos solo
adolescentes,
y como niños jugábamos,
en el circo actuábamos,
con marionetas
prudentes.
Esta infancia que ilustrada,
vivimos al límite los
sueños,
dejamos de ser
pequeños,
de una forma
idolatrada.
En el circo de la vida jugaban,
sin temor ni
preocupaciones,
descubriendo sensaciones,
muchos sueños abrigaban.
Jugaban que éramos
mayores,
deseaban vivir ciertas vidas,
tomando decisiones
servidas,
pensaban que eran
actores.
El tiempo así no
perdona,
y sin darnos cuenta
siquiera,
pasando a ti y a
cualquiera
sin preguntar te abandona.
Devoramos nuestras
vidas
compartiendo
chucherías,
con tantísimas
bacterias,
y tantas historias
vividas.
Locuras surgen a
contraluz,
secretos callados en fa
menor,
entre bambalinas como
un tenor,
apareció mi particular
andaluz.
3 comentarios:
Se me da muy bien el poema, amiga.
Beso
Se me da muy bien el poema, amiga.
Beso
José muchas gracias por dejar tus sentimientos en mis humildes letras.
Un fuerte abrazo desde este rinconcito de Madrid.
Pilar R
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